El profesor Fernando Arancibia se adjudica un Fondecyt de Iniciación 2022 para aportar a una ética del desarrollo que consideren la dimensión del bienestar humano
Imagen: César Cortés El académico del Instituto de Filosofía UC, Fernando Arancibia adjudicó un Fondecyt de Iniciación 2022 con su proyecto de investigación titulado “Una fundamentación del bienestar social desde la noción de bien común y la ley natural”. El proyecto, recientemente adjudicado por el docente de Filosofía UC se enmarca en el ámbito de […]
Imagen: César Cortés
El académico del Instituto de Filosofía UC, Fernando Arancibia adjudicó un Fondecyt de Iniciación 2022 con su proyecto de investigación titulado “Una fundamentación del bienestar social desde la noción de bien común y la ley natural”.
El proyecto, recientemente adjudicado por el docente de Filosofía UC se enmarca en el ámbito de las éticas aplicadas y pretende indagar en el en que una noción de “bien común” -particularmente la que figura en la denominada nueva teoría de la ley natural- permite enriquecer la noción bienestar social de la economía del bienestar.
“Hay dos enfoque tradicionales de la economía del bienestar: analisis del costo y beneficio y la teoría de la elección social. El problema de estos enfoques son los supuestos reduccionistas estructuralmente consecuencialistas. Eso implica por lo tanto, que no hay un lugar que apropiado para los aspectos sustantivos del bienestar humano”, explica Arancibia.
“De ahí que yo planteo una teoría ética que sí incorpora aspectos sustantivos del ser humano. La cual incluya la amistad, la familia, el conocimiento y la vida como valores humanos sustantivos intrínsecos. Lo que busco en el proyecto es elaborar un fundamento para que estos aspectos básicos de esta ética puedan ser tomados como aspectos fundacionales del análisis económico y en particular del análisis del bienestar social”, puntualiza.
El proyecto del profesor Arancibia tiene implicancias no sólo para la ética y la economía, sino que también para la ética del desarrollo. “Este es un primer paso a pensar maneras de elaborar políticas públicas que tomen en consideración aspectos más sustantivos del bienestar humano. Me motiva poder aportar en el debate del desarrollo de las políticas públicas cuya elaboración muchas veces suele ser de manera más clásica reduccionista”, afirma.